- Una enseñanza de calidad y la preparación para el trabajo, prioridades de los estudiantes
- Pero la calidad del aprendizaje en línea ocupa el último lugar en satisfacción de los estudiantes
- Los profesores quieren más formación y tiempo para integrar las herramientas didácticas digitales
LONDRES, 8 de noviembre de 2023 /PRNewswire/ — Según un nuevo informe de EY, las universidades necesitan una revisión urgente de sus prácticas de educación digital y de la experiencia de los estudiantes para ayudar a su personal docente a satisfacer mejor las expectativas de los alumnos. El informe recoge datos de más de 3.000 estudiantes de grado y posgrado de once países (Australia, Canadá, India, Irlanda, Japón, Nueva Zelanda, Arabia Saudí, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos), así como de grupos de discusión de personal y entrevistas con dirigentes universitarios.
Los estudiantes encuestados consideran prioritaria una enseñanza de calidad (83%) y, mientras que la importancia de la enseñanza presencial frente a la enseñanza en línea es baja, la calidad de la enseñanza en línea es la que menos satisface a los estudiantes.
Los estudiantes dicen que les gustaría que se invirtiera en formar a los profesores para que impartan la enseñanza en línea de forma más eficaz (45%), en desarrollar mejores materiales de aprendizaje en línea (41%) y en proporcionar a los estudiantes más apoyo para un aprendizaje digital eficaz (40%).
Catherine Friday, líder de formación mundial de EY, explicó:
“La inversión en tecnología digital para la enseñanza ha estado en la lista de tareas pendientes de los dirigentes universitarios durante años y la pandemia de la COVID-19 aceleró esa necesidad de forma espectacular; los plazos de implantación tuvieron que reducirse de años a semanas. Nadie espera que volvamos a las andadas, pero nuestro informe demuestra que se necesita mucha más inversión y formación para proporcionar a estudiantes y profesores las herramientas que necesitan para desenvolverse con eficacia en este nuevo mundo. Estos sistemas y prácticas deben diseñarse pensando en las personas a las que van a servir, en lugar de encajar en las estructuras existentes. Deben centrarse ante todo en los estudiantes, pero para que tengan éxito también tienen que funcionar para el profesorado, los investigadores y el personal administrativo y de apoyo. En algunos casos, esto puede suponer un gran cambio, pero teniendo en cuenta que un tercio de los estudiantes afirman sentirse negativos o neutrales respecto a su experiencia en la universidad y que la calidad de la enseñanza es la principal prioridad de los estudiantes, está claro que hay que dar prioridad a este aspecto. Dado que las universidades de todo el mundo también se enfrentan a problemas financieros, perder estudiantes por algo que las universidades pueden solucionar fácilmente no tiene sentido”.
Los nuevos sistemas pueden ayudar al personal, pero requieren formación y tiempo
El informe muestra que es necesario hacer más para ayudar al personal docente a centrarse más en su misión principal de enseñar, apoyar a los estudiantes o dirigir la investigación. Los participantes en los grupos focales desean recibir más formación sobre las mejores prácticas de enseñanza mixta (en línea y presencial), tanto en lo que se refiere al desarrollo de planes de estudio y contenidos para un aprendizaje digital o mixto eficaz como a la prestación de apoyo a la enseñanza y el aprendizaje.
El profesorado y el personal de apoyo necesitan más tiempo para integrar las nuevas herramientas y métodos de trabajo, y afirman que en la actualidad dedican demasiado tiempo a lidiar con una miríada de nuevos sistemas y herramientas, que son poco intuitivos, difíciles de utilizar o duplican tareas.
Friday indicó: “La tecnología tiene el potencial de facilitar enormemente el trabajo del profesorado, los investigadores y los administradores. Sustituir las clases presenciales masivas por contenidos de autoaprendizaje de alta calidad puede liberar al profesorado para que se centre más en grupos de enseñanza presencial más reducidos o en aplicar la analítica para encontrar y ayudar a los estudiantes con dificultades y diseñar planes de intervención personales. Una mayor automatización de las tareas rutinarias -como la tramitación de las solicitudes de los estudiantes, la calificación de las evaluaciones o la presentación de solicitudes de becas de investigación- también podría liberar tiempo en toda la plantilla universitaria. Sin embargo, es vital que los nuevos sistemas se diseñen teniendo en cuenta a sus usuarios y que se imparta una formación completa. Nuestra investigación ha puesto de manifiesto que algunos miembros del personal consideran que los sistemas digitales mal implantados pueden suponer un añadido a la carga de trabajo, en lugar de ayudarles a cumplir su objetivo más importante: ofrecer servicios a los estudiantes y a la sociedad”.
El informe de la investigación está disponible aquí.
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