CGTN: En cuanto al cambio climático, nos estamos quedando sin tiempo, no hay opciones

PEKÍN, 4 de diciembre de 2023 /PRNewswire/– Pekín, el corazón fuerte y acelerado de la prosperidad china, ha sido conocida como una ciudad segura y estable sin calamidades naturales. Pero no el verano de 2023. A lo largo de la temporada, el mercurio subió, con temperaturas máximas diarias que superaban constantemente los 40 °C. Luego, cuando la capital disfrutaba de un relativo respiro del sofocante calor, llegaron las fuertes lluvias, que inundaron y desplazaron a miles de personas.

Mientras Pekín se recupera, una tendencia horrible pero similar se refleja en todo el planeta: el incendio forestal más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo arrasó Lahaina, Hawái; las devastadoras inundaciones que destruyeron una cuarta parte de la ciudad de Derna, Libia; el calor extremo y empeoramiento de la sequía en Chile y el Cuerno de África; el aumento del nivel del mar para los países insulares… “La humanidad ha abierto las puertas del infierno”, como señaló el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, “Nos dirigimos hacia un mundo peligroso e inestable”.

Aunque siga sonando la alarma, no debemos perder la esperanza ni rendirnos. Sino que ya es hora de tomar medidas. China y Estados Unidos, como las dos economías más grandes del mundo, han demostrado su voluntad política con la histórica declaración de Sunnylands. Y al mirar un poco más atrás, desde el Protocolo de Kioto hasta el Acuerdo de París, se han establecido objetivos vinculantes para limitar las emisiones y el aumento de la temperatura a través de esfuerzos conjuntos.

Y China se ha puesto manos a la obra para lograr su objetivo de alcanzar la neutralidad del carbono. Desde la transformación de los desiertos hasta la limpieza del aire, pasando por el desarrollo de nuevas tecnologías, el cambio de la estructura energética y la concientización pública sobre un estilo de vida más saludable. China está haciendo todo lo posible para cultivar un ciclo más sostenible de la naturaleza, saldar deudas ecológicas anteriores, evitar nuevas deudas y esforzarse por salvar nuestro planeta de maneras más creativas.

Si el cambio climático es una preocupación mundial, la carga no se reparte por igual. Por un lado, los países desarrollados son responsables de la mayor parte de las emisiones que retienen el calor desde la Revolución Industrial. Por otro lado, los países en desarrollo tienen menos emisiones, pero son los más afectados por un clima más cálido. Las promesas de algunas de las economías más grandes del mundo no han estado cumpliéndose, retrasadas por el estancamiento político, los obstáculos burocráticos y los debates sobre nuevas reglas para agilizar la ayuda de los bancos de desarrollo y los donantes privados.

Una injusticia arde en el centro de la crisis climática y su llama está consumiendo las esperanzas y posibilidades, como los líderes mundiales advierten. “No podemos continuar”, señaló Mia Mottley, primera ministra de Barbados, “anteponiendo el interés de unos pocos a la vida de muchos”.

¿Cómo conseguir que el todo sea mayor que la suma de sus partes, que todos vayan hacia la misma dirección? Se necesita liderazgo, visión y multilateralismo. China, junto con el resto del mundo, está tomando la iniciativa para dar lo mejor de sí misma, bajando el precio de las energías renovables, compartiendo conocimientos para implementar proyectos sostenibles y haciendo la transición a una era de bajas emisiones de carbono. Dado que el cambio climático es un problema mundial, sólo con un enfoque global y esfuerzos conjuntos podremos traducir la voluntad en resultados concretos y mitigar el clima que cambiamos.

Video: https://www.youtube.com/watch?v=vq3bkp6DsUY

FUENTE CGTN


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