CHIȘINĂU, Moldavia, 22 de marzo de 2024 /PRNewswire/ — El sector vitivinícola moldavo, tras su entusiasta acogida en ProWein, ha entrado en una coyuntura crítica. Tras la exitosa presentación de dos vinos producidos con el apoyo de una Inteligencia Artificial, las principales partes interesadas buscarán una mayor colaboración con los florecientes sectores de la tecnología y el diseño del país en los próximos años, utilizando la innovación para reforzar su competitividad global.
Según Wine of Moldova, este histórico proyecto de IA supuso una asociación estratégica entre varias instituciones: la Oficina Nacional de la Viña y el Vino, el centro tecnológico de medios creativos Mediacor y la Universidad Técnica de Moldavia. Su objetivo era sentar un precedente mundial para la unificación de la Inteligencia Artificial y la experiencia humana, además de facilitar el desarrollo continuo mediante el uso de nuevas tecnologías; se han destinado 500 millones de dólares a la expansión de los viñedos, la innovación tecnológica y la capacidad de producción.
Robert Joseph, consultor y autor, comentó: “Un clima cambiante – que implica una variación mucho mayor de las añadas, así como temperaturas más elevadas – requiere soluciones innovadoras. Este proyecto permite a los productores de vino acceder a la creciente experiencia nacional en inteligencia artificial, que podría cambiar las reglas del juego”.
En ProWein de este año, se presentaron ante un público internacional de profesionales una mezcla (blanco) de Feteasca Alba, Feteasca Regala y Viorica y un Feteasca Neagra (tinto), creados con ayuda de la Inteligencia Artificial.
“Durante la feria, 51 productores se reunieron con visitantes de todo el mundo para presentarles las variedades de uva locales, los terruños únicos y la experiencia en mezclas de Moldavia”, explicó Stefan Iamandi, director de la Oficina Nacional de la Viña y el Vino.
En la actualidad, la industria vitivinícola es esencial para la economía de Moldavia, ya que aporta alrededor del 3% del PIB y el 8% de las exportaciones totales, contribuyendo al sustento de más de 50.000 familias de las zonas rurales. Las etiquetas premium se exportan a 72 países distintos: el 55% de las exportaciones totales del país se envían a la UE.
“Moldavia cuenta con un número creciente de pequeñas bodegas nuevas, con jóvenes enólogos, mientras que las más grandes están invirtiendo en viñedos y equipamiento de bodega para producir vinos de mayor calidad”, comentó Diana Lazar, responsable del proyecto AI Wine.
Como cualquier otro país productor de vino, Moldavia se enfrenta a una serie de retos. Sin embargo, las partes interesadas se encuentran en una posición privilegiada para hacer frente a estas dificultades, aprovechando al máximo las soluciones que ofrece la tecnología del futuro. Ha comenzado una nueva era de cooperación entre viticultores e innovadores digitales, y Moldavia ofrece valiosas lecciones al resto del mundo.